“Lo que nos une no son solo los sentimientos. Si solo creemos que estamos unidos por los sentimientos, éstos se convierten en monedas de cambio “en lo que te hago sentir, en lo que me haces sentir”. Los sentimientos son la química resultante de mi propia configuración, desde mi propio inconsciente. Nadie en lo externo es responsable de lo que uno siente. Pero esto, se queda en una idea que tomamos como ideal, mientras seguimos culpando al afuera por lo que sentimos, si no aprendemos a dar conciencia al proceso por el cual el sentimiento acaba siendo mi moneda de cambio, mi carcelero. El caminito por el cual en mí se genera aquella emoción, me da la luz que preciso para ver que, efectivamente, por cómo está configurado mi diseño, siento lo que siento, pienso lo que pienso.
No es solo una idea final “nadie es responsable de tus sentimientos” la que te va a hacer libre, sino despertar al caminito de construcción de las rutas de la emoción. La idea, digamos, solo abre la puerta.
¿Cómo veo ese caminito? Cuando puedo comenzar a asumir que las emociones son mías, las siento yo, y las siento ahora, y exploro como propio el sentir, en toda su dimensión, en toda su profundidad, se abren las comprensiones que, dejando la responsabilidad de mis sentires en manos de otros, no puedo ver.
Lo que nos une no son solo recuerdos. Los recuerdos son producto de una configuración que viene de más atrás. Toda aquella configuración que se procesa “más atrás”, nos abre a obviedades que nos permiten descubrir lo que verdaderamente es el AMOR, y con él, la presencia de funcionalidades que están más allá de las necesidades de la persona particular.
Me asombra profundamente lo confundido que lo hemos tenido, totalmente desvirtuado, disfrazado, hasta que el AMOR genuino y verdadero, comienza a expresarse, sin objeto, sin atadura, sin adicción, sin premio ni castigo, sin interés.
El proceso de liberarse es el proceso de dar a luz el AMOR, a través de mi propio cuerpo.
El AMOR, mucho más allá del romanticismo, y del mero sentimiento, y del recuerdo... es lo que hace que la colaboración, genere MIEL.”
Divina Buenaventura Estupefacta
del libro “Yo también soy Cercei Lannister”
No es solo una idea final “nadie es responsable de tus sentimientos” la que te va a hacer libre, sino despertar al caminito de construcción de las rutas de la emoción. La idea, digamos, solo abre la puerta.
¿Cómo veo ese caminito? Cuando puedo comenzar a asumir que las emociones son mías, las siento yo, y las siento ahora, y exploro como propio el sentir, en toda su dimensión, en toda su profundidad, se abren las comprensiones que, dejando la responsabilidad de mis sentires en manos de otros, no puedo ver.
Lo que nos une no son solo recuerdos. Los recuerdos son producto de una configuración que viene de más atrás. Toda aquella configuración que se procesa “más atrás”, nos abre a obviedades que nos permiten descubrir lo que verdaderamente es el AMOR, y con él, la presencia de funcionalidades que están más allá de las necesidades de la persona particular.
Me asombra profundamente lo confundido que lo hemos tenido, totalmente desvirtuado, disfrazado, hasta que el AMOR genuino y verdadero, comienza a expresarse, sin objeto, sin atadura, sin adicción, sin premio ni castigo, sin interés.
El proceso de liberarse es el proceso de dar a luz el AMOR, a través de mi propio cuerpo.
El AMOR, mucho más allá del romanticismo, y del mero sentimiento, y del recuerdo... es lo que hace que la colaboración, genere MIEL.”
Divina Buenaventura Estupefacta
del libro “Yo también soy Cercei Lannister”
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