MARKETING EN DESMANTELACIÓN: LA APARIENCIA=79
Una de las bases de la economía actual es la expectativa. Todo el mundo sabe que “en base a lo que la gente crea”, la economía puede ir para un lado o para otro. Sin embargo, ¿qué sucede en un momento en el que las creencias empiezan a dejar de ser los directores de nuestros movimientos?
El marketing se basaba en la APARIENCIA, es decir, si aparento que me VA bien (aunque no sea cierto), la gente se lo va a creer, y entonces voy a VENDER. Así que, tratábamos de aparentar éxito. En una gran parte, esto lo hacemos de forma inconsciente, y en otra parte consciente, pues ha sido un recurso evolutivo que hemos utilizado de forma bastante funcional (linealmente hablando). Pero ahora, este recurso empieza a dar fallas....
Ahora es más perceptible la VERDAD, que la APARIENCIA, de modo que se ve claramente la NECESIDAD que hay detrás del intento de conseguir algo, aparentando éxito.
Ahora, cuando intento aparentar éxito, sale detrás de mí el fracaso, a mostrarse “sin-vergüenza”... esperando, simplemente, ser incluido, pues dentro de sí contiene todas las claves para salir del juego de identificación en esa polaridad.
Así que, el funcionamiento del juego del marketing rotó, gira todo el tiempo. Uno quiere mostrarse perfecto y se muestra erróneo; uno quiere mostrarse guapo y le pilla la foto el único segundo de su vida que estuvo feo...jajaja; uno quiere tener la casa limpia, y recibe una visita justo a la hora que no tiene fregados los platos... y empiezo a preguntarme ¿qué narices pasa??? ¿cómo es que funciona al revés?
Lo que quiero aparentar ante la mirada externa, e incluso ante mí mismo, cada día se deshace más. Poquito a poco se va desmantelando. Me veo cómo trato de buscar esa imagen de éxito, y me miro con ternura, porque estoy utilizando un recurso evolutivo que funcionó durante un tiempo, y del cuál ahora me cuesta desprenderme. Así que, con amor y pa-ciencia, pero sin tregua, (por ese agujero de aguja donde veo y no valido) me dejo deshacer por la vida que me pone delante la basura que guardaba, y me recuerda que dentro de aquellas bolsas está mi combustible.
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