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Fragmentos de "Honestidad Bruta"

De cómo dejar de hacerse pajas mentales acerca de cómo sobrevivir

A la tan común pregunta: “¿Qué puedo hacer con mi economía?”, hago esta sugerencia como respuesta general.
-“Procura dejar de hacerte pajas mentales, lo antes posible, esperando que el universo te provea de la abundancia que te mereces, y más bien mira el cague que te entra cuando te imaginas una vida sin dinero. Permítete sentir ese miedo y sigue avanzando. Y no esperes que nadie te diga qué va a pasar después de sentirlo, porque ahí estriba parte del problema, que cuando alguien te dice que la armonía económica es el estado natural de tu ser original, la mente hace de eso una imagen que convierte en meta inalcanzable, en algo que perseguir, de modo que se pasa mucho tiempo esperando esa famosa armonía idílica, y nunca le llega.
Cuando hablamos de que la mente solo descansa cuando habita en el abismo de la incertidumbre, aclaro: El abismo es el abismo, no tiene caja fuerte secreta, no es un abismo con condiciones, no un abismo en el que voy buscando un trabajo mejor, no un abismo en el que retengo la idea de seguridad que me ofrecen los diez mil euros que tengo en la recámara de los ahorros, por si acaso... etc. Abismo es abismo. Mi mente no sabe ya cómo hacer para manejar mis asuntos económicos, en ningún caso, es un programa evolutivo obsoleto que no tiene respuestas para los tiempos en los que vivimos, o si no se han dado cuenta, observen las políticas económicas en el mundo que, evidentemente, no funcionan. La mente está obsoleta también cuando tengo un “colchón” al que aferrarme o un trabajito seguro y estable. Ese colchón y esa seguridad que me da mi trabajito, también son una distorsión.
No llega la armonía económica fuera si no tienes previamente armonía dentro (esto puede ser lo más importante de todo este texto), de modo que olvídate de que se te “resuelvan los asuntos económicos” ahí fuera, si no has resuelto tu locura mental interna previamente dentro. Y si se te resuelve tu economía en lo concreto externo, pero tu cabeza sigue siendo un caos en conflicto, no creas que has encontrado la gallina de los huevos de oro de la plenitud, pues la armonía real no funciona dejándote en conflicto en lo interno y arreglándote los asuntos materiales externos.
Así pues, mi sugerencia, a estas alturas, es que por un rato aunque sea, deja de ver vídeos, leer libros, pedir al universo, y tener esperanzas. Deja de buscar soluciones acerca del tema, y permítete ese encuentro entre tú y tus temores, con total y franca sinceridad, con la desnudez e inocencia de un niño.
Reconoce que nadie puede ser tu autoridad en tu vida, de modo que, aunque sea por un rato, descarta todas las ideas que has leído, todas las teorías y toda la espiritualidad que llevas bebiendo durante tanto tiempo. Descarta todas las imágenes que te has creado acerca de la abundancia y de un universo proveedor, y quédate con tu pequeña y doliente percepción de escasez. Obsérvala de frente, sin miedo a observar tus miedos. Solo sabiendo que tus miedos son tu más exquisito tesoro en este momento.
Descarta también estas palabras, haz que se desvanezcan en tu mente a medida que lees, y no permitas que se conviertan en una verdad a la que seguir, o en una mentira a la que despreciar. ¿Quién me da a mí el título o el aval de hablar con la verdad? ¿Quién te asegura que yo no estoy equivocada? Estas palabras son solo una sugerencia. Esto que acabo de decir y la percepción de lo que realmente sucede con tu economía, solo es posible que lo percibas por propia observación. Hacer un ideal de lo que otro te dijo y creer en ello, solo te va a llevar a la espera eterna...
No te digas: “Sí, es cierto lo que dices Laura, así lo vivo”, si tienes un atisbo de miedo dentro de ti, porque entonces aún no lo viviste. Es preferible ser humilde en esto, y siento ser tan directa, pero el tiempo lo precisa, y la mente está llena de autoengaño en estos temas.
Olvídate de pedir ayuda sobre cómo observar, porque eso se produce de forma única en cada persona, y para descubrir tu forma solo tienes que estar dispuesto a ello. Dejar ya esa estúpida idea de “yo no puedo, necesito ayuda, tú sabes más”, y comprender que en cada ser humano está el potencial de elegir. Nadie nació sabiendo hacer observación, pero algunos eligieron entregarse por completo a este abismo, y de ahí surgió el conocimiento, no antes. Podemos tender nuestras manos y observar juntos, pero si ponemos niveles y etiquetas y títulos de quién enseña a quien, entonces no podemos llevar a cabo la observación. Ser un solo Ser implica esto, no estatus de maestrías. ¿Se imaginan que el corazón se erigiera como maestro del hígado?
Paradójicamente, quizás estas palabras te ayuden, solo y solo sí, terminas descartándolas.
Y para cerrar, solo decirte que Te amo profundamente, ser humano, querido hermano. El tiempo está a tu favor, por eso, como última sugerencia: procura interrumpir lo menos posible con tu mente obsoleta, y permite que una nueva percepción se instale en ti”.

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