(Fragmento del libro "LOS FOTOGRAMAS INVISIBLES: La Observación y la Economía en Convergencia")
¿Qué es el dinero para alguien que le ha quitado los valores de bueno, malo, asesino del mundo, creador de crisis...etc.? Bien, lo que sucede es que, desde esa neutralidad, vamos a ver al dinero como una simple herramienta para realizar las labores que voy a realizar. Siguiendo los ejemplos anteriores, si yo estoy dando algo material a una persona para sentirme bien, para aliviar mi necesidad de sentir que hago feliz al otro, estoy sosteniendo mi distorsión, es decir, estoy trayendo al plano material más distorsión. Estoy alimentando esa vía de experimentación temporal que es la de saciar necesidades emocionales a través de la felicidad y la aprobación del otro. Por tanto, el dinero puede sostener una distorsión en lo energético o, por el contrario, puede desarticular la distorsión y entrar en lo puramente lógico.
Por ejemplo, si yo soy consciente de que estoy dando para ver contento al otro, porque me hace sentir bien que el otro esté feliz, necesito su felicidad para yo estar feliz, por tanto, estoy yendo hacia fuera a llenar un vacío que tengo dentro. Si soy consciente de esto, entonces, podré observar mi vacío interior y entonces esta situación se va a ir revirtiendo poco a poco.
De forma paulatina, cada vez tendré menos ganas de ir aportando cosas materiales movido por este interés, de modo que el dinero irá fluyendo hacia las necesidades reales, no tanto a las virtuales (que son las que crean los programas), y el dinero movido por la lógica y no por la energía de carga, va directo a las necesidades reales. Por tanto, cada vez que dejo de entregar dinero a la distorsión, voy torsionando hacia un camino lógico, un camino con un propósito.
¿Por qué decimos un camino con un propósito? Veamos, si yo pongo mi dinero para satisfacer una necesidad virtual, eso es un motivo. Es un motivo y no es un propósito porque no cierra nunca. Más tarde querré seguir haciéndolo, pues mi necesidad interna no se sació. Si compro cosas para llenar el vacío que siento, ese vacío nunca terminará de saciarse, de modo que el motivo no se cierra. Sin embargo, si necesito dinero para comprarme unos pantalones como necesidad real, lo compro y cierro la necesidad, el propósito era comprar esos pantalones. Nada más.
La VIDA, ese suceder de acontecimientos, personas, objetos y momentos que se presentan frente a nosotros, si lo vemos con una percepción de división, no es más que un CAOS en el que dependemos de la suerte, de la genética, de la educación...etc. Sin embargo, cuando comenzamos a comprender esa unidad que todo lo habita, cuando empezamos a no hacer diferencias entre lo espiritual y lo material, sino a ver que lo material es aquella conciencia en manifestación, entonces empezamos a ver la VIDA como un SER VIVO INTELIGENTE, algo que se comunica con nuestra más pequeña identidad, con la que nos manejamos en el plano físico, con nuestra más infinita identidad, que es la Conciencia. Así vamos empezando a SENTIR esa unidad total que se manifiesta en la diversidad.
Si tenemos muchos conocimientos espirituales, muchas prácticas, mucha trayectoria, pero en el plano físico no podemos pagar las facturas, toda esa espiritualidad está viviendo un bloqueo para bajar al plano físico. Puede ser, quizás, ese juicio tan arraigado de que lo espiritual y lo material son cosas contrapuestas. O probablemente tenemos un exceso de “conceptos espirituales”, pues la verdadera espiritualidad no es una “creencia”, sino una VIVENCIA. Espíritu y Materia, esos dos puntos en apariencia contrarios, cuando entramos a percibir de una forma más amplia, vemos que son el mismo punto. Lo que los divide es la energía en distorsión, la carga, en este caso, el juicio moral.
No olvidemos PERMITIR que la conciencia se manifieste en el plano físico, que todas las células de nuestro cuerpo, hasta en lo biológico, sientan la presencia de esa identidad unitaria y común. PERMITIR esa comunicación fluida hace que el plano físico, que nuestra vida cotidiana, se vea transformada.
De modo que puedes plantearte en este momento: ¿dónde pongo mi dinero? ¿a qué ámbitos de mi vida les estoy dando más importancia? ¿estoy sosteniendo mis propias distorsiones? Si quiero que la lógica y no la carga tome las riendas, tengo que dejar de mover mi dinero por lo energético, y empezar a enfocar mi dinero a las necesidades reales de cada uno de los planos que conforman todo lo que soy, no solo de los planos inferiores, pues no solo tenemos necesidades físicas y biólogicas, y dejar de aportarlo a las necesidades virtuales.
Por ejemplo, si yo soy consciente de que estoy dando para ver contento al otro, porque me hace sentir bien que el otro esté feliz, necesito su felicidad para yo estar feliz, por tanto, estoy yendo hacia fuera a llenar un vacío que tengo dentro. Si soy consciente de esto, entonces, podré observar mi vacío interior y entonces esta situación se va a ir revirtiendo poco a poco.
De forma paulatina, cada vez tendré menos ganas de ir aportando cosas materiales movido por este interés, de modo que el dinero irá fluyendo hacia las necesidades reales, no tanto a las virtuales (que son las que crean los programas), y el dinero movido por la lógica y no por la energía de carga, va directo a las necesidades reales. Por tanto, cada vez que dejo de entregar dinero a la distorsión, voy torsionando hacia un camino lógico, un camino con un propósito.
¿Por qué decimos un camino con un propósito? Veamos, si yo pongo mi dinero para satisfacer una necesidad virtual, eso es un motivo. Es un motivo y no es un propósito porque no cierra nunca. Más tarde querré seguir haciéndolo, pues mi necesidad interna no se sació. Si compro cosas para llenar el vacío que siento, ese vacío nunca terminará de saciarse, de modo que el motivo no se cierra. Sin embargo, si necesito dinero para comprarme unos pantalones como necesidad real, lo compro y cierro la necesidad, el propósito era comprar esos pantalones. Nada más.
La VIDA, ese suceder de acontecimientos, personas, objetos y momentos que se presentan frente a nosotros, si lo vemos con una percepción de división, no es más que un CAOS en el que dependemos de la suerte, de la genética, de la educación...etc. Sin embargo, cuando comenzamos a comprender esa unidad que todo lo habita, cuando empezamos a no hacer diferencias entre lo espiritual y lo material, sino a ver que lo material es aquella conciencia en manifestación, entonces empezamos a ver la VIDA como un SER VIVO INTELIGENTE, algo que se comunica con nuestra más pequeña identidad, con la que nos manejamos en el plano físico, con nuestra más infinita identidad, que es la Conciencia. Así vamos empezando a SENTIR esa unidad total que se manifiesta en la diversidad.
Si tenemos muchos conocimientos espirituales, muchas prácticas, mucha trayectoria, pero en el plano físico no podemos pagar las facturas, toda esa espiritualidad está viviendo un bloqueo para bajar al plano físico. Puede ser, quizás, ese juicio tan arraigado de que lo espiritual y lo material son cosas contrapuestas. O probablemente tenemos un exceso de “conceptos espirituales”, pues la verdadera espiritualidad no es una “creencia”, sino una VIVENCIA. Espíritu y Materia, esos dos puntos en apariencia contrarios, cuando entramos a percibir de una forma más amplia, vemos que son el mismo punto. Lo que los divide es la energía en distorsión, la carga, en este caso, el juicio moral.
No olvidemos PERMITIR que la conciencia se manifieste en el plano físico, que todas las células de nuestro cuerpo, hasta en lo biológico, sientan la presencia de esa identidad unitaria y común. PERMITIR esa comunicación fluida hace que el plano físico, que nuestra vida cotidiana, se vea transformada.
De modo que puedes plantearte en este momento: ¿dónde pongo mi dinero? ¿a qué ámbitos de mi vida les estoy dando más importancia? ¿estoy sosteniendo mis propias distorsiones? Si quiero que la lógica y no la carga tome las riendas, tengo que dejar de mover mi dinero por lo energético, y empezar a enfocar mi dinero a las necesidades reales de cada uno de los planos que conforman todo lo que soy, no solo de los planos inferiores, pues no solo tenemos necesidades físicas y biólogicas, y dejar de aportarlo a las necesidades virtuales.
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