"Un grupo de personas sedientas vive en un gran lago de aguas cristalinas, sin saber que el agua que necesita para saciar su sed, está justo bajo sus pies. El lago es enorme, y los de una esquina del lago no ven a los de la otra esquina, pero el agua es la misma en todas partes. Toda la vida, las personas que viven en ese lago se han estado comunicando si saber que estaban en el agua. Pero de pronto, ciertas personas empiezan a mirar hacia abajo y a ver que sus pies están bañados de un agua fabulosa. Entonces se lo cuentan a sus vecinos, y sus vecinos actúan de dos formas diferentes:
*Unos miran hacia abajo también y comprueban que, efectivamente, sus pies están bañados por el agua.
*Pero la gran mayoría, comienza a dirimir mentalmente si el otro tiene o no razón, tratando de encontrar una respuesta mental a lo que simplemente requiere un cambio en la mirada... y aquí un ejemplo:
-¿Tú crees que hay agua bajo tus pies?
-No es que lo crea, lo estoy viendo. Mira para abajo, ya verás lo que pasa.
-Vale, te creo. Eres el ser más grande que he conocido. Te adoro, te alabo, beso tus manos.
-No se trata de que me creas, se trata de que tú también puedas beber.
-Sí, sí, dame agua de tus manos.
-No, este agua no puede ser bebida más que por uno mismo. Solo tienes que mirar hacia abajo y tomarla.
-Bueno, yo no estoy de acuerdo contigo en que tenga que mirar hacia abajo, porque tú me estás diciendo que ponga el cuello en una posición, y mis vértebras cervicales pueden resentirse.
-No hace falta que muevas el cuello, solo echa una ojeada y verás.
-Es posible que estés intentando engañarme, y quieres hacerme creer que mirando hacia abajo, voy a ver un agua cristalina que me va a quitar la sed, pero lo único que quieres es hacerme ilusiones estúpidas, para que crea en ti y puedas dominarme.
-Deja de darle vueltas a tu cabeza, y simplemente mira hacia abajo.
-¿Te crees mejor que yo? ¿Quién eres tú para decirme a mí que deje de darle vueltas a mi cabeza? Ya han venido muchos antes de ti hablando de una supuesta agua cristalina que nunca llegaba. Todos decían que la traerían, que llegaría en primavera, en invierno... y siempre estuvimos esperando, hasta que me cansé.
El vecino se agacha, recoge un poco de agua en sus manos y se la lleva a la boca.
-¿Qué haces?
-Estoy bebiendo.
-Lo que me faltaba, que delante de mis narices alardees de estar bebiendo. Delante de todos los demás, que estamos sedientos. No tienes compasión, eres un egoísta.
-No puedo darte de este agua, porque solo puedes beber por ti mismo. No puedo decirte que esperes a que llegue un agua que está aquí antes de que tú nacieras. No puedo decirte que creas en mí, porque no es necesario más que vuelvas la vista. Ahora tengo que irme, pero no te olvides de estas palabras, porque cuanto tengas mucha, mucha sed, beberás".
*Unos miran hacia abajo también y comprueban que, efectivamente, sus pies están bañados por el agua.
*Pero la gran mayoría, comienza a dirimir mentalmente si el otro tiene o no razón, tratando de encontrar una respuesta mental a lo que simplemente requiere un cambio en la mirada... y aquí un ejemplo:
-¿Tú crees que hay agua bajo tus pies?
-No es que lo crea, lo estoy viendo. Mira para abajo, ya verás lo que pasa.
-Vale, te creo. Eres el ser más grande que he conocido. Te adoro, te alabo, beso tus manos.
-No se trata de que me creas, se trata de que tú también puedas beber.
-Sí, sí, dame agua de tus manos.
-No, este agua no puede ser bebida más que por uno mismo. Solo tienes que mirar hacia abajo y tomarla.
-Bueno, yo no estoy de acuerdo contigo en que tenga que mirar hacia abajo, porque tú me estás diciendo que ponga el cuello en una posición, y mis vértebras cervicales pueden resentirse.
-No hace falta que muevas el cuello, solo echa una ojeada y verás.
-Es posible que estés intentando engañarme, y quieres hacerme creer que mirando hacia abajo, voy a ver un agua cristalina que me va a quitar la sed, pero lo único que quieres es hacerme ilusiones estúpidas, para que crea en ti y puedas dominarme.
-Deja de darle vueltas a tu cabeza, y simplemente mira hacia abajo.
-¿Te crees mejor que yo? ¿Quién eres tú para decirme a mí que deje de darle vueltas a mi cabeza? Ya han venido muchos antes de ti hablando de una supuesta agua cristalina que nunca llegaba. Todos decían que la traerían, que llegaría en primavera, en invierno... y siempre estuvimos esperando, hasta que me cansé.
El vecino se agacha, recoge un poco de agua en sus manos y se la lleva a la boca.
-¿Qué haces?
-Estoy bebiendo.
-Lo que me faltaba, que delante de mis narices alardees de estar bebiendo. Delante de todos los demás, que estamos sedientos. No tienes compasión, eres un egoísta.
-No puedo darte de este agua, porque solo puedes beber por ti mismo. No puedo decirte que esperes a que llegue un agua que está aquí antes de que tú nacieras. No puedo decirte que creas en mí, porque no es necesario más que vuelvas la vista. Ahora tengo que irme, pero no te olvides de estas palabras, porque cuanto tengas mucha, mucha sed, beberás".
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