De
todas las "frases hechas" que podemos leer a diario, debe de haber un
0,00001% en las que reconocemos los propios errores. En todas vemos el
dedo que señala a lo malos que son los demás, y cómo puedes hacer tú
para llevar una vida feliz a pesar de ello (cómo apartarte de "la gente"
que te hace daño, cómo ignorar las palabras que duelen, cómo si alguien
te ignora no merece la pena... etc.) Lo curioso es que ese "alguien",
ese "los demás", ese "otro", eres tú... las palabras que te duelen de
"los otros", te las crees, porque te las dices previamente a ti mismo,
pues nadie te puede infligir mayor sufrimiento que tu propio
pensamiento.
Es hora de liberarse de esas cadenas, desde lo más profundo de ti.
Es hora de liberarse de esas cadenas, desde lo más profundo de ti.
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